La odontología estética o cosmética es una especialidad de la odontología que soluciona 
problemas relacionados con la armonía estética de la boca en su totalidad.
Como su nombre lo indica, la estética dental está dirigida a corregir problemas de imagen, más que funcionales, y engloba tratamientos destinados a mejorar la armonía de la sonrisa.
Aunque los procedimientos de odontología cosmética suelen ser por razones puramente estéticas en lugar de esenciales, en algunos casos el tratamiento también proporciona beneficios restauradores.
Los tratamientos más comunes de estética dental son:
Con los años, los dientes se manchan y desgastan por la comida, bebidas, medicamentos y hábitos nocivos como fumar. El blanqueamiento se realiza después de haber eliminado la placa, el sarro y otros desechos de la superficie de cada diente, restaurando su apariencia natural.
Este tratamiento puede resolver numerosos problemas cosméticos, que van desde dientes torcidos, esmalte agrietado o dañado hasta huecos notables entre dos dientes. El dentista aplica las carillas a la parte frontal de cada diente con un adhesivo dental. El resultado final es indistinguible de los dientes naturales.
Se usan cuando un diente tiene caries de leve a moderada y no hay suficiente estructura dental para soportar un empaste. La incrustación se coloca directamente sobre la superficie del diente. Sin embargo, cuando se daña la cúspide o una porción más grande del diente, se usa una capa de recubrimiento para cubrir toda la superficie del diente. Proporcionan soporte para fortalecer los dientes, restaurar su forma y evitar más caries o deterioro del diente.
Es una técnica que consiste en eliminar pequeñas cantidades de esmalte de las piezas dentales con la finalidad de cambiar la longitud, la forma o la superficie de los dientes. Este tratamiento está indicado en personas que tan solo necesitan retoques pequeños para mejorar la estética de sus dientes.
Aunque el principal objetivo de una prótesis es el de recuperar la función masticatoria, y fonatoria, la estética juega también un papel muy importante, pues las prótesis deben ser tan naturales y cómodas que el paciente no se acuerde de que las lleva puestas.
Los implantes dentales se usan para reemplazar los dientes después de la pérdida de dientes. El dentista inserta un pequeño tornillo de titanio en la mandíbula en el sitio del diente perdido, que sirve como soporte para una corona. Estos implantes son casi indistinguibles de los dientes naturales circundantes, y una vez que el hueso y el tejido de soporte se fusionan con el implante, se aseguran permanentemente en su lugar.
Muchos de estos tratamientos se utilizan después de, o en combinación con tratamientos de ortodoncia, periodoncia o implantología, para obtener unos resultados aún mejores.
Las causas más comunes para hacerse un tratamiento de estética dental son:
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